
| Nombre: | Chicovaneg |
| Significado: | Quemador |
| Categoría: | Prehispánico |
| Ocupación: | Héroe del Sol |
| Armas: | Escudo |
| Padre: | Desconocido |
| Madre: | Desconocida |
| Consorte: | Lequilants |
| Hijo: | Huachicavaneg |
| Hogar: | Desconocido |
| Guarida: | Ninguna |
| Debilidad: | Desconocida |
| Mentor: | Nahevaneg |
| Héroes de Apoyo: | Ninguno |
| Archienemigo: | Masqueshab |
| Creador: | Mitología Maya Tseltal |
| Primera Aparición: | Ninguna |
| Año de Aparición: | Ignorado |
| Muerte: | Ninguna |
| Editorial: | Varios |
| Afiliaciones: | Ninguna |
Chicovaneg fue un héroe de la mitología maya tseltal.
Se trató de un guerrero quien, cuando se apagó el Sol, viajó a los cielos para recolectar trozos de estrella y crear así un nuevo Sol.
Etimología
Del tseltal chicovaneg «Quemador».
Genealogía
Desconocida. Tuvo un hijo llamado Huachicavaneg.
Mitología
La Leyenda del Origen del Sol y la Luna
Cuenta la leyenda que los dioses de la oscuridad despreciaban la alegría que tenía la humanidad y el regocijo que recibían del Sol por lo que decidieron apagar el Sol.
La Tierra se sumió en un profundo invierno, los cultivos murieron y la gente comenzó a enfermarse. Chicovaneg, el cacique de una comunidad, reunió a su pueblo para discutir qué podrían hacer para que regresara el Sol.
Nahevaneg, el más sabio del pueblo, un hombre de 300 años de edad, le dijo a Chicovaneg que lo que debía hacerse era tomar un escudo y viajar a los cielos para recolectar trozos de estrella, colocarlos en el escudo y así crear un nuevo Sol que alumbrara el mundo.
Muchos guerreros del pueblo quisieron ser voluntarios de la misión, pero Nahevaneg les advirtió que quien viajara a los Cielos estaría en ellos por toda la eternidad, viviría para siempre pero jamás podría regresar a la Tierra. Los guerreros no quisieron abandonar a sus seres queridos y por eso Chicovaneg decidió presentarse como voluntario, a pesar de que eso implicaría abandonar a su madre, a su esposa Lequilants y a su hijo Huachicovaneg, sin embargo confiaba en que los tres estarían bien.
Chicovaneg después tardó varios días en construir un escudo gigante. Nahevaneg le aconsejó que antes de viajar a los cielos buscara a la Serpiente Emplumada quien habría de ayudarlo en su viaje.
Así pues Chicovaneg dejó su hogar y empezó a buscar a la Serpiente Emplumada. Un día vio cómo un quetzal caía a un lago y se ahogaba. Chicovaneg lo rescató usando el escudo como una balsa y le preguntó al quetzal si sabía dónde podía encontrar a la Serpiente Emplumada. El quetzal le reveló que la Serpiente Emplumada había sido capturada por un malvado hechicero llamado Masqueshab, quien servía a los dioses de la oscuridad y quien había sido el responsable de apagar el Sol. Chicovaneg agradeció al quetzal y salió a la búsqueda de Masqueshab.
Chicovaneg llegó después a la guarida de Masqueshab quien era un ser monstruoso de ocho brazos, ocho piernas, cuatro cabezas y cuarenta ojos, quien al dormir solo cerraba treinta ojos y de esa manera nadie nunca podía sorprenderlo. Chicovaneg ideó un plan para poder distraerlo.
Así, Chicovaneg se presentó en el hogar de Masqueshab y se ofreció a ser su sirviente. Masqueshab lo aceptó. A la primera oportunidad, Chicovaneg le sirvió pulque, tanto que Masqueshab se emborrachó y cayó dormido. Chicovaneg después exploró la cueva y encontró a la Serpiente Emplumada apresada por una cuerda. Chicovaneg la liberó. La Serpiente Emplumada le agradeció y prometió llevarlo a los Cielos para que juntos pudieran crear un nuevo Sol.
Chicovaneg se montó en el lomo de la Serpiente Emplumada y viajó hacia los Cielos donde se encontró con la primera estrella a la que podría saltar para recolectar un trozo de ella. Antes de saltar, Chicovaneg dudó, temeroso de caer al vacío, y en los saltos que dio sobre sus pies para armarse de valor creó una cueva.
Finalmente saltó y alcanzó la primera estrella. De ahí saltó de estrella en estrella, recolectando de cada una un trozo que fue colocando en su escudo, así hasta que formó un nuevo Sol con el cual iluminó el cielo una vez más.
Así el eterno invierno que había llegado antes desapareció, las cosechas volvieron a crecer, las enfermedades cesaron y los dioses de la oscuridad volvieron a esconderse en sus cuevas, donde permanecieron ocultos desde entonces.
A partir de ese día, Chicovaneg surcó los cielos con el escudo del Sol en mano. La Serpiente Emplumada rodeó el mundo, como un arco, para proteger con su cuerpo al mundo de ser atacado por seres malignos. La Serpiente Emplumada, para saciar su sed, bebía de una bebida cósmica que solo se hallaba en el horizonte.
Cada atardecer, antes de ocultarse, Chicovaneg la visitaba para asegurarse de que no hubiera bebido demasiado de esa bebida. Si encontraba a la Serpiente alerta y con la guardia alta, Chicovaneg se alegraba y el Sol brillaba con un intenso rojo al atardecer. Pero si la encontraba dormida y emborrachada, Chicovaneg se enfurecía y el Sol tintineaba antes de ocultarse.
En una ocasión Chicovaneg vio a un jaguar llamado Cananpale-hetic ocultarse en la cueva que había creado cuando dudó al saltar a la primera estrella. El jaguar era perseguido por coyotes. Chicovaneg ayudó a que Cananpale-hetic se escondiera en la cueva y encomendó a la Serpiente Emplumada devorar a los coyotes. Después, Chicovaneg convirtió a Cananpale-hetic en el guardián de esa cueva, que era la entrada a los cielos. En agradecimiento por su ayuda, Cananpale-hetic en el futuro ayudaría al hijo de Chicovaneg, Huachicavaneg.
Vestimenta y Apariencia
Es un guerrero con un escudo dorado.
Poderes y Habilidades
Sus poderes, de naturaleza divina, incluyen:
- Inmortalidad
En su arsenal lleva:
- Escudo del Sol
Curiosidades y Controversias
La historia de Chicovaneg menciona su alianza con una Serpiente Emplumada. Aunque popularmente, hoy en día, se le asigna a dicha Serpiente la identidad de Quetzalcóatl, dado que el pueblo Tseltal tiene más vínculos culturales con los Mayas que con los Mexicas, es mucho más probable y lógico que dicha serpiente haya sido Kukulkán. Además de que esta historia no cuadra muy bien, mitológicamente hablando, con la mitología mexica y sus mitos sobre los 5 Soles.
El hijo de Chicovaneg, Huachicavaneg, sería después quien creara la Luna.





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